Todavía recuerdo el instante en que nos encontramos con ellos en Los 40 principales, Enrique Bunbury y Juan Valdivia nos visitaban a Joaquín Luqui… Mi gran amigo Joaquín Luqui y a mí, y sentimos los dos un impulso vital de origen cósmico, la ilusión, la juventud y la seguridad de los chicos sedujeron el espacio donde compartimos miradas, venían de Zaragoza a conocernos, yo los identifiqué como románticos y trascendentales, diferentes e iconoclastas, no se parecían a nada que yo hubiera conocido antes, o quizás una perfecta mezcla de símbolos Zeppelin sin olvidar algunos toques del new romántico ochentero de los Duran Duran británicos.
Eran muy cultos, hacían rock filosofando y arañando con sus letras que flotaban en sus bases rítmicas puramente atrayentes. Juan, Pedro, Joaquín y Enrique son héroes de leyenda. Aquel disco «El mar no cesa» está dentro de mí, el estribillo de esa canción lo vaticinaba bien claro; «el héroe de leyenda pertenece al sueño de un destino».
Su conquista hasta el adiós del 96 fue de piel y huesos, no solo fueron dignos caballeros de la «Tabla redonda» de Camelot, no solo en nuestro país, fuera consiguieron remover conciencias en Francia, Alemania, Bélgica, Suiza, Italia, norte de Europa… Reconozco personalmente que un grupo así sólo lo puede inventar el talento, no hay mecanismos para inventar algo tan grande y original. «Senderos de traición» es para mí una obra de arte, «Entre dos tierras» es la torre de la Tierra media, majestuosa y psicológicamente agitadora, buscando la claridad perdida de una falsa… Siempre falsa identidad.
Y para acabar una anécdota de Enrique Bunbury que yo creo que que os va a encantar, porque eso fue exactamente como yo lo voy a contar. Para preparar «El Gran musical», Joaquín luqui y yo nos íbamos a comer a veces a un restaurante, había un menú muy bueno en un restaurante que creo que era el restaurante Catalonia que estaba en la en la Gran Vía de Madrid, y dio la casualidad de que un día Joaquín Luqui y yo estábamos hablando del próximo «Gran musical» que íbamos a hacer el domingo, y estábamos dándole a la cabeza viendo que qué posibilidades, que discos nos iban a inundar el programa, y en la mesa contigua estaba Enrique Bunbury de los Héroes con la compañía discográfica, estaban unas cuatro o cinco personas, esto que os cuento es rigurosamente cierto; Bunbury se levantó de la mesa, vino a vernos, se acercó, nos dio la mano a Joaquín y a mí, y nos dijo una frase muy sencilla y demoledora, impactante porque todo el mundo no lo hace, dijo; «gracias chicos por lo que estáis haciendo con los Héroes del Silencio, por el cariño que que nos estáis dispensando y la energía y la magia que le ponéis, nada más quería deciros eso», nos dio un abrazo a Joaquín y a mí, se marchó a su mesa y siguió comiendo.
Siempre he pensado que Bunbury tenía y tiene mucha clase, yo tengo debilidad por Bunbury, pero de nuevo quiero decir que Juan, Pedro, Joaquín y Enrique estarán siempre en mi vida, y gracias a Dios me he encontrado con ellos en el camino, toda esa gente me ha hecho ser muy feliz y me ha hecho ser lo que soy, por eso los Héroes son para mí héroes de leyenda y estaban formando parte de mi destino.
Fernandisco
(Locutor de Los 40 Principales)